Existen múltiples infecciones de transmisión sexual, una de las cuales es la sífilis. La misma es producida por una bacteria que se transmite por los fluidos del cuerpo contaminados. Los puntos de ingreso de la bacteria al cuerpo es la mucosa de boca y labio, genitales y ano.
El contacto de una secreción con la bacteria Treponema pallidum determinará la aparición de una lesión característica que es el chancho sifilítico. El mismo se observa como una úlcera de bordes limpios no sangrante localizada en la mucosa oral o genital.
Hay que tener en cuenta, que la mujer puede presentarla en algún sector de la mucosa genital que no sea visible a simple vista. El chancro sifilítico dura aproximadamente dos semanas para luego desaparecer, que no determina la curación de la infección.
La enfermedad puede cursar un gran tiempo sin síntomas, lo que no llama la atención de la persona. Existen tres fases de sífilis, dependiendo del grado de afección que produce sobre el organismo. Un diagnóstico precoz permite evitar nuevos contagios además de permitir realizar un tratamiento para la curación definitiva.
Para el tratamiento de la sífilis existen antibióticos disponibles y muy eficaces que logran erradicar completamente la infección del individuo. Se debe tratar la persona afectada así como todos los contactos sexuales, buscando detener la progresión del contagio de la sífilis.
Si el tratamiento es precoz no quedan secuelas en la persona, pero a medida que avanza la enfermedad sin tratamiento existen mayor probabilidades de aparición de complicaciones de la sífilis.