Posterior al embarazo se inicia la etapa de la lactancia materna, la cual consiste en alimentar al niño con un producto idealmente pensado para sus necesidades. Durante la lactancia no se puede utilizar las pastillas anticonceptivas comunes por las modificaciones indeseables que produciría sobre las hormonas femeninas.
Existen anticonceptivos hormonales que solo contienen progestágenos, que son ideales para esta etapa de la vida de la mujer. Los mismos deberán ser indicados por un médico ginecólogo según las necesidades de cada mujer. Se toma de la misma manera, una pastilla diaria, lo que garantiza su elevada efectividad, además de no afectar al bebé.
Tradicionalmente se ha considerado que durante la lactancia materna es imposible que la mujer quede nuevamente embarazada. Esta situación es un hecho fisiológico, que busca que la madre vuelque todos sus recursos en el cuidado de su nueva cría.
Pero su efectividad es cercana al 90% pero depende de múltiples factores: que la lactancia sea el único alimento que recibe el bebé, logrando una gran producción de leche materna. Además se debe conservar durante al menos tres a seis meses de lactancia materna, cuando el lactante comienza a comer sólidos como parte de su alimentación artificial.
El comienzo de las relaciones sexuales con la pareja es un momento de gran ansiedad, hay que tener en cuenta que pueden utilizarse métodos de barreras, que no implican la toma de ninguna pastilla. El preservativo masculino está ampliamente distribuido y es de fácil utilización, pudiendo ser una opción para la anticoncepción durante la lactancia.
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